No es de "irá... pa´llá"...
es: LA IRA
(Osea, cuando nos enojamos pues....)
Ira, procedente del latín ira (a no pos si), es la pasión del alma que causa indignación y enfado, o bien, apetito o deseo de venganza, o como causa de violencia contra los demás o contra uno mismo.
La sabiduría humana, tal vez mediante psicólogos, aconseja no guardar ni reprimir los enfados y soltar la ira, desprenderse de ella mediante liberarla hacia el exterior, sin embargo, en la Biblia se aconseja retener la ira para evitar toda clase de discusión o problemas que puede llegar a mayores con un hermano.
Aspecto Religioso
Pecado Capital
Según la Iglesia Católica es uno de los siete pecados capitales del ser humano. Puede ser ira contra los demás, plasmada mediante el asesinato, o ira contra uno mismo, ejecutada mediante el suicidio. De ambas formas es condenada por el catolicismo, ya que el castigo ha de dejarse en manos de Dios.
"Sepan esto, mis amados hermanos. Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo tanto, desechen toda suciedad, y esa cosa superflua, la maldad, y acepten con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar sus almas."
(Sntg 1: 19-21) (Traducción del Nuevo Mundo)
En la Divina Comedia de Dante Alighieri ocupan el séptimo círculo del Infierno, vigilado por el Minotauro y dividido por tres círculos llenos de piedra y rodeados por un gran río de sangre. A partir de este espacio cada círculo empieza a tener divisiones que albergan una pena en particular, por ejemplo los espíritus malditos que están divididos en tres: los violentos, los injuriosos y los usureros. Primer recinto del séptimo círculo: Los violentos. Su suplicio: el Minotauro. El centauro Neso pasa a Dante a través del Flegetón. Segundo recinto del séptimo círculo: Los violentos contra sí mismos: los suicidas, los disipadores. Tercer recinto del séptimo círculo: Los violentos contra Dios, contra la naturaleza y contra la Sociedad. En el Purgatorio ocupan la tercera repisa.
En el Islam
En el Islam, la ira se considera como muestra de debilidad. Mahoma ha dicho,
“El fuerte no es el que supera gente por su fuerza, sino que fuerte es el que se controla mientras que sufre de ira.”
“Los mejores de ustedes son los que son lentos de enfadar y rápido en calmarse… Guárdate de ira, porque es un carbón vivo en el corazón de los descendientes de Adán.”
En el Budismo
En el budismo de define como: "ser incapaz de soportar el objeto o la intención de causar daño al objeto”. Se considera como una aversión con una exageración más fuerte, y se enumera como uno de los cinco obstáculos. Es una idea falsa común que los santos espirituales nunca sufren ira. Esto no es verdad: incluso el Dalai Lama, el gurú espiritual de monjes tibetanos, se enoja.1 Sin embargo, hay una diferencia; una persona espiritual está a menudo posible, más enterada de la emoción y de la manera en la que puede ser manejada. Así, en respuesta a la pregunta: "¿Es la ira aceptable en el budismo?" El Dalai Lama contestó:
"El Budismo en general enseña que la ira es una emoción destructiva, y aunque la ira pudo tener algunos efectos positivos en términos de supervivencia o ultraje moral, no acepto la ira ni la agresión como una emoción virtuosa ni como comportamiento constructivo. El Buddha Gautama ha enseñado que hay tres kleshas básicas en la raíz del samsara (ignorancia, ilusión) o en el ciclo vicioso del renacimiento. Éstos son avaricia, odio y engaño -también traducible como el apego, la ira, e ignorancia. Nos traen la confusión y la miseria más que la paz, felicidad, y el exito. Está en nuestro propio interés purificarlos y transformarlos”.
En el Hinduismo
Los objetos de ira se perciben como obstáculo para la satisfacción de los deseos de la persona enojada.
Predisposición
Factores comunes que pueden predisponer a alguien a tener ira son: fatiga, hambre, sufrimiento, frustración sexual, recuperación de una herida, el uso de drogas y cambios hormonales.
Predisposición Genética
Al final del siglo XIX, Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, argumentó que los individuos nacen con un innato sentido del amor, sin embargo la ira y la hostilidad llegan cuando la necesidad de amor no es satisfecha o es frustrada. Un siglo después, este punto de vista fue criticado por la American Psychological Association y la American Anthropological Association, que en 1988 concluyó que la gente no está genéticamente predispuesta a la violencia y que la violencia no puede ser científicamente relacionada con el proceso natural de evolución.
Fuente: Wikipedia.org
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